Los presidentes de Iberia, Iberia Express y Vueling y otros altos
ejecutivos trabajaron en Air Nostrum, la aerolínea valenciana presidida por
Carlos Bertomeu
¿Existe una receta infalible para la
captación de altos directivos de empresa? Necesariamente, la respuesta debe
aproximarse al no. De ahí el gran valor que tiene acreditar un alto porcentaje de acierto a la hora de elegir personas y
componer equipos, una habilidad en la que muchos departamentos de
recursos humanos han demostrado cierta fiabilidad, pero en la que otros han
fracasado estrepitosamente.
En el caso de una compañía como Air
Nostrum, la empresa valenciana de aviación regional, una revisión a los altos
directivos del sector que han pasado por su cantera, presentes en la cúpula de
las más relevantes empresas (Iberia, Iberia Express, Vueling, Inaer), lleva a examinar la política de captación de talento de quien suma ahora
el cerebro, el corazón y el alma de la compañía, Carlos Bertomeu,
presidente ejecutivo y máximo accionista.
Desde su nacimiento, allá por 1994, Air
Nostrum ha ido cubriendo etapas, no todas brillantes por los vaivenes de un
mercado de alta complejidad en el que, sólo en España, operan 14 aerolíneas
nacionales y otras 150 internacionales. Air Nostrum, compañía franquicia de
Iberia -en lugar de ser competidor, alimenta la oferta de plazas internacional
de la aerolínea de referencia-, se ha ido especializando en lo
que Bertomeu define como «suma de mercados pequeños»hasta
convertirse en una de las cinco más importantes que operan en el mercado
doméstico y lograr varios reconocimientos como mejor compañía regional de la UE
por la Asociación Europea de Aerolíneas Regionales.
Al margen de las cifras de negocio,
existe una realidad más discreta que tiene que ver con la manera en que a lo
largo de los años Bertomeu ha explotado su paso por el
Instituto de Empresa (IE Business School), una de las más prestigiosas escuelas
de negocios de Europa y del mundo, a juzgar por su posición en los
ránkings que se publican. Primero fue alumno del máster en dirección y
administración de empresas, que acabó como primero de su promoción («tenía
tanto miedo que no podía parar de estudiar», ha dicho). Después fue profesor de
finanzas en el propio Instituto de Empresa, para luego acabar dirigiendo los
programas MBA y executive MBA de la institución.
Desde esa privilegiada atalaya, Carlos
Bertomeu tuvo acceso a una bolsa de aspirantes a triunfadores en el mundo de
los negocios, entre los que él siempre ha seguido muy de cerca a preguntones,
raritos y osados que buscaban con avidez y acierto la contradicción del
profesor. Y, además de buscar la heterodoxia, aplica la enseñanza a su propio
modelo de gestión: «El directivo que te corrige es el que merece
la pena, lo que sabes ya, aprendido está».
«Hemos convertido en una religión
llevarme la contraria. Si la gente que me rodea me dice que sí a todo lo que ya
sé, la suma neta es lo que yo sabía. Si la gente que me rodea me
saca de errores y me da perspectivas distintas, la suma es muy superior a lo
que yo ya sabía», aseguraba en una entrevista concedida a los
alumnos del programa Quit pot ser empresari (Quién
puede ser empresario), organizado por la Universidad de Valencia y la Fundación
Universidad Empresa.
Desde aquel paso por el IE, Bertomeu
(Valencia, 1963) mantiene esa inquietud por la formación
y selección de directivos -es director académico de la Cátedra
de Cultura Empresarial de la Universidad de Valencia y miembro del Consejo
Social de la Politécnica-, así como por aproximar la universidad a la empresa.
Obviamente, si esa proximidad al talento beneficia a su empresa, mejor. Si no,
Bertomeu mantendrá el contacto y cuando exista posibilidad de reclutamiento
para su equipo directivo, lo ejecutará.
¿Existe margen para el error en esa
selección de los recursos humanos? Sin duda, sí. Pero el sistema es casi
obsesivo. Manda por encima de todo la formación -el postgrado es casi
obligatorio para cualquier aspirante por las exigencias del sector-pero también
la flexibilidad, el encaje en la cultura corporativa y la capacidad de trabajo.
A ello añade otras cualidades: «Creatividad, tesón, pensamiento
a largo plazo, humildad en la aproximación y capacidad para corregir los
errores», según ha dicho en alguna de sus múltiples intervenciones
públicas ante un público universitario.
Otro de sus lemas es que no debe cortar el vuelo de altos directivos hacia otras compañías,
como ha sucedido con un buen ramillete de personalidades del sector que han
trabajado con él y que ahora ocupan puestos clave en el sector, como la
presidencia de Iberia, la de Iberia Express o la de Vueling. Todos, además,
abandonaron Air Nostrum de la mejor manera posible, sin portazos. La prueba es
la nutrida asistencia de ex directivos al homenaje que se le tributó a Emilio
Serratosa, el mentor del imperio que alumbró el nacimiento de la aerolínea.
Air Nostrum nació en 1994 de la cabeza
de Bertomeu y del bolsillo de una adinerada familia valenciana, los Serratosa,
a partir del éxito en la venta de Valenciana de Cementos y la formación de la
corporación empresarial Nefinsa. Bertomeu primero director general de la
corporación y consejero delegado de la compañía ahora como presidente ejecutivo
y máximo accionista de Air Nostrum, tiene como obsesión no sólo aumentar los
beneficios de Air Nostrum, sino convertir su sede de Valencia
en referencia del sector aeronáutico español. «La aviación comercial
debe tener apellidos valencianos», dice con vehemencia. Estos son los altos
directivos del sector que en algún momento trabajaron junto a Carlos Bertomeu
en Air Nostrum.
Presidente de Iberia. Luis Gallego (Madrid, 1969), presidente de Iberia desde enero de 2014,
pasó por varios puestos en AirNostrum entre los años 1997 y 2006. Por ejemplo,
fue director técnico de los talleres de mantenimiento, una etapa que, según
cuentan en su entorno, le permite entender el lenguaje de los mecánicos y
aproximarse a ellos, algo no demasiado habitual en el selecto grupo de altos
directivos de grandes compañías aeronáuticas.
Conocido por su sencillez y gran sentido
del humor -algo que también es una religión en Air Nostrum-, pasó también a
Clickair, aerolínea que posteriormente se fusionó con Vueling, de la que Luis
Gallego fue director de Producción. Pasó a ser consejero delegado de Iberia
Express y, posteriormente, del Grupo Iberia.
Presidente de Iberia Express. Ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Valencia,
llegó a una incipiente Air Nostrum procedente de Andersen Consulting. Pasó 17
años en la compañía, casi una eternidad en tiempos de alta volatilidad de
directivos, para luego dar el salto como consejero delegado y presidente de
Iberia Express.
Presidente de Vueling. Ingeniero técnico aeronáutico por la Universidad Politécnica de
Madrid y licenciado en Empresariales por la Complutense. Se incorporó en 1999
al área técnica de Air Nostrum con el perfil que suele encajar en la compañía
-alta cualificación técnica en ingeniería y finanzas- y en 2001 asumió el cargo
de de subirector de Planificación Estrategica de la compañía. En 2003 saltó a
Uralita, una de las compañías adquiridas por el Grupo Nefinsa, germen de Air
Nostrum, en donde ocupó diversos puestos de responsabilidad hasta 2012. Ese año
Iberia le fichó como director financiero del Grupo, puesto en el que permaneció
hasta abril de 2016, cuando se convirtió en presidente de Vueling en
sustitución de Alex Cruz, que pasó a ocupar el puesto de presidente de British
Airways.
Con el nombramiento de Sánchez Prieto en
Vueling, cuatro de las compañías que forman el grupo IAG -fruto de la fusión
entre British Airways e Iberia- están ocupadas por españoles: Iberia, Iberia
Express, British Airways y Vueling. Y tres de los presidentes proceden de la
cantera de Air Nostrum. No es extraño. Luis Gallego, Fernando Candela y Javier
Sánchez Prieto coincidieron en la aerolínea de bandera valenciana, donde
trabajaron juntos durante cinco años en el equipo de dirección liderado por
Carlos Bertomeu.
El «boca a boca» y la recomendación
desde los puestos de confianza de la empresa, casi siempre funciona. «La gente
en la que delegas y confías, sólo recomienda para determinados puestos
directivos a personas que vayan a estar a la altura de lo que tú esperas de ellos,
que tengan el perfil de formación que requiere la empresa y, sobre todo, que
vayan a encajar en la cultura corporativa de la compañía», señala.
Valentín Lago
Director de Producción de Vueling. Ingeniero aeroespacial y doctor en Económicas. También pasó por el
Instituto de Empresa, el origen de casi todo en esta obsesión de Bertomeu por
captar el talento. En 1998 comenzó trabajando en el área técnica de Air Nostrum
y posteriormente se convirtió en el director de Calidad de la compañía. En 2012
se incorporó a Iberia Express como director de Operaciones y en abril de 2016
llegó a Vueling como director de Producción. Su trayectoria en Air Nostrum se
prolongó durante 13 años.
Juan Antonio Díaz
Palacios
Director de mantenimiento de Flota Iberia. Ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid.
Ingresó en Air Nostrum en septiembre de 1994 como ingeniero en el área técnica
de la que en 2013 era máximo responsable. Ese año fue contratado por el Grupo
Iberia como director técnico del operador. Lidera el proyecto de
estandarización del mantenimiento en el Grupo IAG.
Adrián Bueno Margaix
Director corporativo de tesorería Inaer. Se licenció en Económicas por la Universidad de Valencia. Ingresó en
octubre de 1999 en el departamento financiero de Air Nostrum, del que fue
nombrado jefe de tesorería y responsable de riesgos en el año 2011. En esa
fecha se incorporó como director corporativo de tesorería de Inaer. En 2015
asumió el puesto de Director de Tesorería en Babcok Mission Critical Services.
Alberto García Torres
Director de Compras y Flota de Iberia. Ingeniero industrial por la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI) y,
como otros, cursó un máster en administración de empresas en el Instituto de
Empresa. Al igual que el actual director de Operaciones de la compañía, Manuel
Jiménez, ingresó en Air Nostrum en noviembre de 1995, compañía en la que ha
pasado por varios puestos a lo largo de 21 años. Ha sido controller, director
de Relaciones Industriales y director de Planificación y control de gestión.
Desde julio de 2013 es el director de Compras y Flota del Grupo Iberia. Tanto
Alberto García como Manuel Jiménez fueron alumnos de Carlos Bertomeu en el MBA
del Instituto de Empresa y fueron seleccionados personalmente por él. Una
tercera alumna, Paz Ferrer, fue la primera directora de márketing de la
compañía y responsable del actual nombre e imagen de la aerolínea. Otro
destacado compañero de clase en el IE, Juan Corral, acabó siendo fichado como
director comercial.
Rafael Jiménez Hoyos
Director de Operaciones de Iberia. Se graduó en la Academia del Aire con el número uno de su promoción.
Llegó a formar parte de la Patrulla Águila, el más importante grupo acrobático
del Ejército español y estuvo destinado con los F-18. En 2003 Air Nostrum le fichó
como director de Instrucción. En 2006 comenzó a trabajar en Clickair y
posteriormente en Vueling. En abril de 2013 se incorporó al Grupo Iberia como
director de Operaciones.
José Vicente Herrero
Director de Producción de Iberia. Ingresó en mayo de 2001 procedente del Ejército del Aire en el área
comercial de Air Nostrum de dónde pasó al departamento de Relaciones
Industriales. En 2010 fue fichado como director comercial por Transmediterránea
y en 2015 accedió al puesto de director de Desarrollo de Negocio en Balearia y
posteriormente al de Managing Director de Balearia Caribbean. Su pasaporte
profesional también acredita un máster en el IE.
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